jueves, 25 de octubre de 2007

enfermedaes venerias

Las E.T.S. también llamadas venéreas, son aquellas que se adquieren a través de las prácticas sexuales con personas infectadas. Tienen amplia incidencia y difusión y son de constante incremento a nivel mundial pues están relacionas a patrones de comportamiento promiscuo (relaciones sexuales inseguras, sin uso de protección: preservativos), con parejas múltiples, sin cuidado de hábitos de higiene personal. El problema que genera en el ámbito de la salud pública, radica que algunas de éstas enfermedades pueden encontrarse en estadio de cronicidad asintomática, desconocidas o ignoradas por el mismo paciente, que ante parejas sexuales ocasionales no prevenidas, facilita su contagio, haciendo prácticamente imposible la erradicación.



“Son las únicas enfermedades que se adquieren con placer, sin tomar en cuenta el posterior displacer y a veces graves consecuencias que acarrean a la salud ”.
La nucleación de las enfermedades venéreas comprende por lo general, la sífilis, la blenorragia o gonococcia, el chancro blando, el linfogranuloma venéreo, el condiloma acuminado (o papiloma venéreo), y algunas ectoparasitosis como la pediculosis púbica (ladilla). Existen otras infecciones transmitidas por contacto sexual, que sin ser catalogadas de venéreas, ocasionan molestos y recurrentes problemas a las parejas. Tal el caso de la tricomoniasis y la candidiasis, que suelen ser repetidos huéspedes del flujo vaginal. Otras enfermedades que debemos incorporar al grupo de las E.T.S., son: la Hepatitis B y el sindrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) producida por el HIV.
El recrudecimiento de la morbilidad venérea obedece a una multicausalidad, con un común denominador que es la disminución del nivel de vida de la población. Entre las causales de importancia merecen mencionarse a:

precariedad social, que es sinónimo de precariedad sanitaria e incremento de la promiscuidad, destacándose mayor incidencia del comercio sexual en capas sociales bajas, donde existe desinformación y abunda la falta de higiene.
La libertad sexual que caracteriza a la nueva generación de adolescentes, con escasas ataduras a valores convencionales, con multiplicidad de contactos ocasionales, con prácticas sexuales donde suele ser habitual el cambio de parejas, en una etapa de la vida donde se relega la higiene y el autocuidado a segundos planos, manifestaciones todas ellas que culminan en sexo no seguro, promiscuo, y vulnerable a cualquier tipo de enfermedad venérea.
El mecanismo polimorfo habitual de contagio, con lo complejo que resulta identificar a los contactos, y con el agravante en la infección gonocóccica y sifilítica, de casos asintomáticos principalmente en las mujeres, que actúan de portadoras desconocidas (aún por ellas mismas), propagando la enfermedad en proyección geométrica.
La sífilis y la blenorragia han penetrado en todos los grupos de edad, raza y sexo, y en casi todas las regiones geográficas del mundo, tanto urbanas como rurales.
El control de las enfermedades venéreas depende deprincipios que no son secretos de ningún país y que, en realidad, están claramente expuestos en algunas de las más antiguas obras de medicina.

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